Las almohadillas

Sobre todo en el mundillo de las exposiciones es frecuente la frase: "este perro se mueve bien". A esto contribuye entre otras cosas unas almohadillas en buena forma. Para ello debemos revisarlas periódicamente (como mínimo una vez a la semana), ver que no presenten suciedad, cortes, grietas o úlceras. Hay a la venta productos que las nutren y protegen.

Debemos recortar el pelo que nace entre las almohadillas para que pise correctamente sobre la almohadilla. La labor requiere paciencia y una tijera (una que nos resulte cómoda). En esta zona "Bob" tiene cosquillas por lo que tratará de esconder la pata continuamente. Esta tarea si que la debe de hacer el dueño o en su defecto el peluquero.