Los meses
siguientes presentan grandes cambios. Por un lado, debemos estar muy atentos
para completar correctamente el plan de vacunación. Esto implica grandes
sacrificios por nuestra parte ya que estaremos deseando que el mundo conozca a
nuestro cachorrito pero “no debemos exponerlo a riesgos innecesarios”
mientras no complete su vacunación (alrededor de los 4 meses).
Uno de
los lugares más peligrosos para el cachorrito es la clínica veterinaria.
Mientras estemos en período de vacunación evitémosla si es posible (atención
a domicilio) y, en caso contrario, nunca dejemos al cachorro en el suelo de la
clínica o en sus alrededores.
Por otro
lado, se está completando su dentición de leche. Entre los tres y los cinco
meses cambiará los dientes de leche por la dentadura definitiva. Esta fase
resulta muy dolorosa para el pequeño, que sentirá la necesidad de morder todo
lo que encuentre para aliviar el dolor. Es conveniente ofrecerle un juguete
especial con este fin (un hueso de silicona por ejemplo), que le ofreceremos
cada vez que el perro sienta deseos de morder. Así evitaremos que la tome con
los muebles, zapatillas y demás objetos prohibidos. Si las encías están muy
inflamadas, un cubito de hielo bajará la inflamación y actuará como ligero
anestésico.